El Real Murcia ha lanzado su campaña de abonos 2025/2026 bajo un concepto que va mucho más allá de lo comercial: “Y Mientras Todo Llega…”. Una frase que resume un sentir colectivo, una forma de vivir el fútbol y de entender lo que significa pertenecer a algo más grande que uno mismo.
Porque esta campaña no busca convencer. Busca reconocer a quienes ya están. A quienes han seguido creyendo sin condiciones. A quienes no esperan al éxito para estar, porque saben que ya lo están construyendo.
El marketing del Real Murcia para esta temporada se aleja del enfoque habitual de logros y resultados. En su lugar, pone en el centro la verdad emocional del murcianismo: las previas con los amigos, los abrazos con desconocidos que se sienten familia, las canciones, las pancartas, las supersticiones. Todo eso que ocurre mientras el ascenso se sueña… y que ya es parte de la historia.
Un homenaje a la nueva ola de murcianismo
En Murcia, algo ha cambiado. Lo notas en el ambiente, en los cánticos, en cómo se llena el estadio incluso cuando el objetivo aún está por alcanzarse. Esta campaña rinde homenaje a esa nueva generación de murcianistas jóvenes, valientes y desacomplejados. Ellos no van al fútbol. Son parte del Real Murcia.
El club se ha propuesto que cada pieza visual, cada frase, cada imagen de la campaña respire autenticidad. Que cuente, con emoción y verdad, todo lo que implica ser del Real Murcia incluso cuando el ascenso aún no ha llegado.
Porque esta campaña no se centra en prometer finales felices, sino en celebrar a quienes entienden que lo más importante no es solo el destino, sino el camino que recorremos juntos.
Una estrategia emocional con identidad local
“Y Mientras Todo Llega…” es más que un lema. Es una declaración de intenciones. Una forma de marcar territorio emocional y de reafirmar el papel del Real Murcia como algo más que un equipo de fútbol. Es cultura, es barrio, es herencia, es comunidad.
Con una estética visual que combina lo urbano y lo nostálgico, y un relato que nace del alma grana, el club ha apostado por un marketing identitario que conecta con lo profundo y cotidiano del murcianismo. Una campaña que no pide fidelidad: la celebra.
Porque hay momentos que valen más que mil victorias.
Y mientras todo llega… nosotros ya estamos.